Previo a la gran noche del Draft en la NBA, varios de los principales periodistas anunciaban un traspaso que sacudió a toda la liga: el base veterano Chris Paul dejaba los Washington Wizards y recalaba en San Francisco.
La operación completa consta del ya mencionado Paul que llega a los Golden State Warriors y Wizards reciben a Jordan Poole, Ryan Rollins, una 2° ronda del 2027 y una 1° ronda del Draft del 2030 protegida top-20 (es decir que, si Washington finaliza ese año entre el puesto 1 y 20 de aquel Draft, los Warriors se apropian de aquella oportunidad de elegir a un jugador de su deseo; en cambio si ocupan un puesto del 21 para arriba, Washington se queda con esa elección).
Este traspaso generó división en la opinión de tanto seguidores de los Golden State como los de los otros equipos. Algunos varios mencionan que no es el jugador ideal para acompañar a Stephen Curry, Klay Thompson y Kevon Looney en la pista ya que es un jugador de 38 años que no aguantará al 100% la carga de los 82 partidos de la temporada regular (suponiendo que la cantidad de minutos que juegue sean bastantes), además de que muchos argumentan que la pieza faltante es un pívot que mejore el aspecto defensivo del equipo. Unos otros mencionan que si es aceptable la llegada de Chris a San Francisco ya que lideraría la ‘2° unidad’ para cuando los titulares deban tomar un descanso.
Eso en el ámbito deportivo. Porque en el aspecto extradeportivo son la mayoría que opina que hicieron bien en deshacerse de Jordan Poole y su costoso contrato ($128M por 4 años) donde ganaría $27.9M esta próxima temporada, $30.1M en la 24/25, $32.3M en la 25/26 y $34.5M en la 26/27; mientras que el contrato de Chris Paul lo tiene ligado a ganar $30.8M en cada una de las 2 próximas temporadas. Obviamente a largo plazo es más accesible el contrato del base.
Además, el involucrar a Poole en el traspaso levanta sospechas de las intenciones de los directivos de los Warriors. Primero porque desde que sucedió el percance entre Poole Y Draymond Green donde este último le pegó un puñetazo y que generó un rompimiento en la relación entre ambos jugadores que a su vez truncó el desarrollo total del equipo en la temporada, los directivos notaron que debían realizar un cambio para no continuar con esta piedra en el camino a futuro; era deshacerse de Poole o de Green. Es de conocimiento público (además de lógico) que el objetivo es rodear Stephen Curry con los mejores jugadores y elegir entre Jordan y Draymond para que se quede, obviamente se prefiere la continuidad de este último por la relación tan estrecha y extensa que tiene con Steph.
Adicionalmente que las actuaciones de Poole en los playoffs de la campaña finalizada recientemente dejaron mucho que desear con respecto a las que realizó en la temporada donde fueron campeones en el 2022. Lo más curioso del caso de Jordan, es que hace unos días el nuevo Gerente General de la franquicia, Mike Dunleavy Jr, había comentado públicamente que “con su extensión de contrato, planeamos tenerlo aquí al menos por cuatro años más”, para posteriormente cambiarlo.
En definitiva, es una incógnita como se desarrollará la temporada para los Golden State Warriors con esta sorprendente adquisición, que puede interpretarse como el afán de aprovechar los últimos años del Big Three de Curry, Thompson y Green (especialmente de Stephen) para conseguir otro campeonato. Mientras que es muy probable que Jordan Poole se convierta en el jugador franquicia de los Washington Wizards, y muy probablemente, Will Dawkins (Gerente General), construya un equipo alrededor de Poole para potenciar su desarrollo ya que tiene 24 años y por tanto aún puede mejorar.