La Federación Turca del Fútbol (TFF) ha tomado medidas drásticas al suspender de por vida a Faruk Koca, presidente del Ankaragücü, por agredir al árbitro Halil Umut Meler. La decisión surge tras la demanda unánime de los árbitros turcos, quienes se negaron a abandonar el campo, resultando en la suspensión total de la liga.
Koca, además de enfrentar un veto de cinco años, está en prisión preventiva desde el martes. El incidente, que ha generado un escándalo nacional, evidencia la preocupante falta de respeto hacia los árbitros y la impunidad que rodea a figuras como Koca, un empresario y exdiputado del partido en el poder.
El Ankaragücü también recibió una multa de dos millones de liras y jugará sus próximos cinco partidos en casa sin espectadores. La TFF castigó a cuatro directivos del club, mientras que dos empleados que se sumaron a la agresión enfrentan la inhabilitación de por vida.
A pesar de la suspensión temporal de todas las ligas de fútbol en el país, se espera que las competiciones se reanuden el próximo martes. Halil Umut Meler, el árbitro agredido, salió del hospital y se prevé que continúe su carrera arbitral.